Impresiones de España

Manuel Ferrer on August 19, 2014

Para un español y mallorquín como yo, que vivo en Asia, a más de diez mil kilómetros, es siempre un placer pasar en pleno verano unos días en mi país, entre trabajo y ocio. Acabo de volver a Singapur, mi segundo país, y es tiempo de recuerdos y reflexiones. Y eso es lo que me propongo hacer, en voz alta, en este artículo.

He encontrado a los españoles más ilusionados. Es verdad que eso no es difícil, tras el túnel de los últimos años, pero bueno es que así sea. La economía se basa, entre otras variables, en la moral alta o baja de la mayoría, con lo que este simple hecho, ya influye, y mucho, en que España vaya a mejor. En el lado negativo es interesante destacar que todas las personas con las que he hablado algo de economía y negocios en estos días, absolutamente todos, están hartas del nivel de impuestos que sufren en España y, que, en su opinión, y la mía, sirven para poco, o más bien sirven únicamente para mantener unos servicios en general sobredimensionados y mal gestionados. Si en España y en el resto de Europa, incluidas Francia y Alemania, no se reduce de forma sustancial (estoy hablando de entre un 30 y un 50%) el nivel de gasto de las administraciones y los impuestos y la deuda que lo soportan, estamos condenados a la irrelevancia y, al final, a la pobreza. Como no creo que nada cambie, porque la mayoría está de acuerdo con lo que hay, pues acabaremos pobres y en la mediocridad. Tal vez es lo que merecemos. Y cada vez que vuelvo a España me duele ver que seguimos en un camino que llevará a nuestros hijos y nietos a vivir peor o mucho peor de lo que lo hemos hecho nosotros. Triste herencia, egoísta comportamiento.

He encontrado España con la belleza que la caracteriza y, en general, por lo menos en turismo y hostelería, con buen servicio. Una combinación fantástica para ser lo que somos, uno de los tres países más importantes del mundo en materia turística. Se lo debemos a nuestros empresarios y a los profesionales del sector. Eso sí, siempre podemos mejorar. La limpieza a veces, deja que desear. No es que España esté muy sucia, que no lo está, pero si queremos ser la referencia mundial del turismo, el destino deseado por millones, debemos estar siempre en perfecto estado de revista. También a destacar el aire acondicionado en los aeropuertos por los que pasé. Más bien su falta. ¡No lo ponen o no se nota! Eso, especialmente, para los acostumbrados a climas más fríos es una mala bienvenida.

¡Que mar, qué comida, qué alegría y simpatía! Esto de volver a España, recarga y reconforta. ¡Qué gran país tenemos! ¡Espero que nos lo merezcamos! Y que nuestros hijos también puedan disfrutarlo.

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